La diferencia entre las personas y las máquinas: la paradoja de Moravec

¿Sabrías decir en qué nos diferenciamos principalmente de los programas inteligentes? En este artículo desgranamos la paradoja de Moravec. Es decir, la principal diferencia entre la Inteligencia Artificial y los humanos.

En este artículo hablamos sobre la principal diferencia entre la inteligencia Artificial y los humanos. Desgranaremos la paradoja Moravec.

Veremos el por qué es difícil programar un robot que manipule o interaccione con objetos, y lo alcanzable que es crear un sistema aparentemente más inteligente que un ser humano.

La vida real es un un entorno complejo, con reglas poco definidas e incluso cambiantes. No se trata de juegos de mesa, como el Ajedrez o las damas, en las que cada participante conoce exactamente qué es lo que puede y qué no puede hacer. La vida real no hay un guión establecido. En la vida real se necesita una mentalidad abstracta.

¿Cómo pensamos los humanos?

Antes de abordar el tema principal de este post, es decir, la principal diferencia entre la inteligencia Artificial y los humanos, es conveniente conocer de forma general cómo se estructura la mente humana.

Como describe Daniel Kanheman en su libro Pensar rápido, pensar despacio la mente está compuesta por dos mentes o sistemas: el 1 el intuitivo, instintivo y rápido, y el 2 el racional y lento. Tal y como expresa, utilizar el sistema 2 requiere de gran concentración y esfuerzo, puesto que se activa en problemas más complejos (para los humanos) como pueda ser el cálculo. Sin embargo, el sistema 1, el intuitivo, es rápido, puesto que la mente reacciona ante los estímulos sin pensarlo.

Es ese sistema 1, el que se ha gestado durante más de 100.000 años de evolución, el que nos permite a los humanos hacer tareas tan sencillas en entornos complejos, como movernos sin chocarnos con objetos, girarnos cuando escuchamos un sonido o llorar cuando sentimos dolor.

Recomendamos el libro de Sapiens para entender la evolución humana, desde la aparición de toda la familia Homo, hasta nuestros días.

Sin embargo en entornos no complejos o amables, con reglas definidas, las tareas suelen ser tediosas para el ser humano, ya que entra en juego el sistema 2. Un ejemplo muy claro es jugar al ajedrez el cual requiere de gran concentración. En estos entornos se ha demostrado que la inteligencia artificial puede ganar a los seres humanos. Esto se debe al incremento de potencia computacional que se va consiguiendo.

Un ejemplo muy claro es AlphaZero, la IA de Google que aprende sola a jugar al ajedrez y es capaz de ganar a las demás IAs entrenadas por seres humanos.

La paradoja de Moravec

Básicamente esta paradoja lo que dice, en base a lo comentado anteriormente, que los problemas complejos que, normalmente, requieren del sistema 2 para los humanos, son fáciles a nivel de computación. Y por contra, los problemas sencillos para los humanos (sistema 1) son difíciles para los ordenadores.

Hans Moravec, un investigador austriaco en el ámbito de la robótica, junto con Rodney Brooks, Marvin Minsky y otros, en la década de 1980, afirmaron:

“Comparativamente es fácil conseguir que los ordenadores muestren capacidades similares a las de un humano adulto en un test de inteligencia o a la hora de jugar a las damas, y difícil o imposible lograr que adquieran las habilidades perceptivas y motoras de un bebé de un año”.

Hans moravec

Tal y como hemos comentado, la inteligencia artificial es capaz de ganar a los humanos en juegos tácticos, en los que la secuencia de actividades o tareas llevan a lograr un fin. Sin embargo en juegos que requieren estrategia, o un pensamiento más abstracto, no. La vida real es un juego estratégico.

Resumiendo…

Con esta paradoja de Moravec queremos ilustrar un concepto muy importante en el estado actual de la inteligencia artificial. Existe una gran diferencia entre la inteligencia Artificial y los humanos, y es el cómo «pensamos» o razonamos. Lo hacemos de forma distinta.

La Inteligencia Artificial (todavía) no posee la capacidad de abstracción, de unir piezas aparentemente sin conexión o correlación.

Existe un miedo generalizado de que la IA controlará el mundo, y el cine no está contribuyendo, y con esto queremos mitigar ese miedo. Como se ha visto, actualmente, humanos y máquinas somos complementarios.

Reflexión: La IA y el Trabajo

Para terminar nos gustaría añadir una reflexión sobre cómo la IA transformará el trabajo en los próximos años. Partimos de  que la automatización de procesos está suponiendo una gran revolución.

Es cierto que muchos empleos se sustituirán por máquinas, pero en otros será mucho más difícil. Hablamos de tareas menos rutinarias que exijan el uso simultáneo de habilidades, y afrontar situaciones imprevistas o no vividas anteriormente.

Tal y como explica, el historiador israelí Yuval Noah Harari en su libro 21 lecciones para el siglo XXI  no tenemos ni idea de cómo será el mercado laboral en 2050, pero es muy probable que se caracterice por la cooperación entre los humanos y las máquinas, en lugar de en la competición.

Es decir, los humanos relegaremos en las máquinas tareas complejas y nos centraremos en otras más relevantes, como la investigación o la innovación. Por tanto se crearán nuevos puestos de trabajos que actualmente desconocemos. Yo querré estar ahí innovando, ¿y tú?

Os dejamos este vídeo del gran Yuval Noah Harari:

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